de W. A. Mozart
OCTUBRE-DICIEMBRE DEL 2020
Singspiel en dos actos (sobretitulado en catalán)
Texto de Emanuel Schikaneder y traducción al catalán de Feliu Formosa
Estrenado en el Theater auf der Wieden (Viena) el 30 de septiembre de 1791
Sinopsis
El príncipe Tamino, perseguido por una serpiente, se interna en los dominios de la Reina de la Noche, que le muestra un retrato de su hija Pamina, secuestrada por el malvado Sarastro. Tamino se enamora de la chica al ver su imagen, y la Reina promete darle la mano de su hija si la rescata. Junto con Papageno, el hombre-pájaro, Tamino se adentra en territorio de Sarastro, pero se da cuenta de que el mal lo encarna la Reina y no Sarastro. Pero para poderse establecer lejos de la Reina con su amada tiene que superar una serie de pruebas. Una vez superadas, los amantes se reúnen y demuestran que el bien triunfa sobre el mal.
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ENTRADAS
OCTUBRE
Sabadell, Teatre La Faràndula
Miércoles 21, a las 20:00 h
Sábado 24, a las 18:00 h
(Escola d’Òpera de Sabadell)
NOVIEMBRE
Barcelona, Palau de la Música
DICIEMBRE
Sant Cugat del Vallès, Teatre-Auditori
Martes 8, a las 19:00 h
(NUEVA FECHA)
Manresa, Teatro Kursaal
Miércoles 16, a las 18:00 h
(NUEVA FECHA)
Barcelona, Palau de la Música
Domingo 20, a las 17:30 h
(NUEVA FECHA)
Reus, Teatre Fortuny
Martes 22, a las 19:30 h
(NUEVA FECHA)
FICHA ARTÍSTICA
Papageno | Carles Pachón / Quim Cornet (diciembre) | Papagena | Laura Obradors |
Tamino | Marc Sala | Monostatos | Carles Ortiz |
Pamina | Serena Sáenz | Genio 1.º | Laura Brasó |
Sarastro | Jeroboám Tejera | Genio 2.º | Mar Esteve |
Reina de la Noche | Sara Blanch / Alba Martínez (diciembre) | Genio 3.º | Cecília Ferraioli |
Dama 1.ª | Eugènia Montenegro | Sacerdote 1.º / Hombre armado 1º / Orador | Pau Armengol |
Dama 2.ª | Anna Tobella | Hombre armado 2º / Sacerdote 2.º | Nacho Guzmán |
Dama 3.ª | Marta Valero |
Dirección musical | Daniel Gil de Tejada | Maestras asistentes musicales | Andrea Álvarez/Anna Crexells/Marta Pujol/Viviana Salisi |
Dirección de escena | Pau Monterde | Traducción al catalán | Feliu Formosa |
Ayudante de dirección y coreógrafo | Miquel Gorriz | Regidor de escenario | Jordi Galobart |
Diseño de escenografía y vestuario | Elisabet Castells | Realización de escenografía | Raül Vilasis |
Diseño de vestuario | Montse Figueras | RB Creacions 1990, S.L. | Berta Vidal |
Iluminación | Nani Valls | Realización de vestuario | M. Carmen Muñoz / Eva Selma |
Vestuario | AAOS | Maquillaje | Nani Bellmunt |
Cor Amics de l’Òpera de Sabadell
Orquestra Simfònica del Vallès
PRODUCCIÓN Y ORGANIZACIÓN
Associació d’Amics de l’Òpera de Sabadell para Òpera a Catalunya
DIE ZAUBERFLÖTE (LA FLAUTA MÁGICA)
Lugar y época míticos
En una zona montañosa, el príncipe Tamino intenta huir de un monstruo que lo persigue (Zu Hilfe! Zu Hilfe!) hasta que, extenuado, cae inconsciente. Tres damas misteriosas aparecen y matan al monstruo. Las tres quieren quedarse junto al príncipe, cuya belleza admiran, pero, como no se ponen de acuerdo, finalmente se marchan.
Entra Papageno, pajarero al servicio de la Reina de la Noche (Der Vogelfänger bin ich ja), que delante de Tamino, ya despierto, se vanagloria de haber matado al monstruo. Vuelven las damas, que castigan a Papageno por su mentira cerrándole la boca con un candado. Acto seguido explican a Tamino que son servidoras de la Reina de la Noche, cuya hija, Pamina, ha sido raptada. Muestran un retrato de la chica a Tamino, que inmediatamente se enamora de ella (Dies Bildnis ist bezaubernd schön).
Llega la Reina en persona y promete a Tamino la mano de su hija si lo libera de su secuestrador, el malvado Sarastro (O zittre nicht). Tamino acepta. Papageno lo acompañará. Las damas dan al príncipe una flauta mágica y al pajarero, liberado de su castigo, unas campanillas también mágicas que los podrán ayudar en caso de dificultades (Hm! Hm! Hm! Hm!).
La escena se traslada al palacio de Sarastro, donde Pamina es custodiada y maltratada por el esclavo Monostatos (Du feines Täubchen, nur herein!). La repentina llegada de Papageno salva a la chica. Los dos se van en busca de Tamino (Bei Männern, welche Liebe fühlen).
Mientras tanto, el príncipe, guiado por tres genios, ha llegado a un lugar donde se encuentran tres templos (Zun Ziele führt dich diese Bahn). Voces misteriosas no lo dejan entrar en los dos primeros. Del tercero, el Templo de la Sabiduría, sale un sacerdote que informa a Tamino de que la malvada es la Reina de la Noche y no Sarastro (Wo willst du, kühner Fremdling, hin?). Tamino, confundido, toca la flauta, que atrae a los animales (Wie stark ist nicht dein Zauberton).
Pamina y Papageno intentan seguir el sonido de la flauta, pero son interceptados por Monostatos y su pandilla. Entonces Papageno toca las campanillas, y Monostatos y los otros caen en un hechizo y se van bailando (Das klinget so herrlich).
Entra Sarastro con su séquito. Le explica a Pamina que la ha secuestrado para evitarle la influencia malvada de su madre. Monostatos ha capturado a Tamino, pero Sarastro castiga al esclavo. Tamino y Papageno son conducidos al templo para su iniciación (Wenn Tugend und Gerechtigkeit).
Sarastro explica a sus sacerdotes que Tamino debe superar una serie de pruebas antes de ser admitido en el Templo de la Sabiduría y ganar la mano de Pamina (O Isis und Osiris).
En el claustro del templo, Tamino y Papageno se disponen a pasar la primera prueba, la del silencio (Bewahret euch vor Weibertücken). Aparecen las tres damas, que les piden que vuelvan al servicio de la Reina (Wie? Wie? Wie?). Papageno no puede evitar hablar, pero Tamino calla.
Mientras Pamina duerme, Monostatos se le acerca con intención de forzarla (Alles fühlt der Liebe Freuden), pero la llegada de la Reina de la Noche provoca que se aleje. Esta entrega un puñal a su hija y le ordena que mate a Sarastro (Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen).
Cuando la Reina se va, Monostatos vuelve, pero esta vez es expulsado por Sarastro. Pamina le explica los planes de su madre y le pide que la perdone. Sarastro responde que, en su reino, ni el odio ni la venganza tienen cabida (In diesen heil’gen Hallen).
Tamino y Papageno siguen con la prueba. Este último habla con una anciana, que le dice que es su pareja predestinada, pero desaparece antes de desvelar su nombre. Los tres genios aparecen llevando los instrumentos mágicos (Seid uns zum zweitenmal willkommen).
Pamina, como Tamino no le ha dirigido la palabra, se desespera y decide suicidarse (Ach, ich fühls).
Sarastro y los sacerdotes convocan a Tamino y Papageno a las pruebas definitivas, invocando la protección divina (O Isis und Osiris, welche Wonne!). Pamina se va hundiendo en la desesperación, puesto que cree que Tamino ya no la ama (Soll ich dich, Teurer, nicht mehr sehn?).
Papageno, perdido en el templo e incapaz de seguir con las pruebas, lamenta su suerte. Se le comunica que merece ser castigado, pero que los dioses lo perdonan, aunque nunca podrá ser un iniciado. Mientras, el pajarero suspira por conseguir una pareja (Ein Mädchen oder Weibchen). Vuelve la anciana diciendo que ella es su pareja. De repente, se convierte en la joven y bonita Papagena, pero un sacerdote la obliga a marcharse alegando que Papageno todavía no es digno de ella.
En un jardín, los tres genios cantan al sol naciente como símbolo del triunfo de la sabiduría sobre la ignorancia (Bald prangt, den Morgen zu verkünden). Pamina está a punto de suicidarse, pero los genios se lo impiden y le aseguran que Tamino la quiere, a pesar de su silencio.
Tamino es convocado a las pruebas (Der, welcher wandert diese Strasse). Pamina se une a él para pasarlas (Wir wandeln durch des Tones Macht). Mientras Tamino toca la flauta, los dos superan la prueba del fuego y la prueba del agua. Los sacerdotes lo celebran con gran alegría (Triumph! Du edles Paar!).
Papageno, perdida la esperanza de encontrar a Papagena, quiere acabar con su vida. Sin embargo, los tres genios lo disuaden y le recuerdan que puede tocar las campanillas mágicas, ante cuyo sonido aparece definitivamente Papagena. Los dos pajareros, muy felices, planifican un futuro con familia numerosa (Pa-Pa-Pa-Papagena! Pa-Pa-Pa-Papageno!).
Llegan la Reina de la Noche, las tres damas y Monostatos dispuestos a asaltar el templo y recuperar a Pamina (Nur stille! Stille! Stille!). Se oye un gran trueno y la tierra se los traga.
En el templo y a pleno sol, Sarastro y los sacerdotes dan la bienvenida a Tamino y Pamina, ya iniciados. En el coro final (Heil sei euch Geweihten!) todos dan gracias a Isis y Osiris por el triunfo de la sabiduría y la belleza sobre los poderes de la oscuridad.
“La flauta mágica: una ópera atípica”
En la época de Mozart las óperas eran, en su práctica totalidad, encargos de los monarcas o de la alta nobleza, sobre todo en el ámbito germánico, donde los gobernantes solían ser grandes aficionados a la música en general y a la ópera en particular. Los Habsburgo, que gobernaban en la Viena donde Mozart residía y trabajaba, sin ir más lejos, fueron grandes mecenas de ópera. Más adelante, ya entrado el siglo XIX, este esquema cambiaría y los que encargarían óperas nuevas serían empresarios que dirigían teatros. Fue el caso de Rossini y también de Verdi, por ejemplo, pero no el de Mozart, con una brillante excepción: La flauta mágica, la última de sus óperas.
Este fue un trabajo emprendido a medias entre Mozart y su antiguo amigo Emanuel Schikaneder, empresario teatral, actor, cantante y más cosas. Ninguno de los dos pasaba por un buen momento económico (en el caso del compositor, los problemas de dinero eran crónicos) y decidieron crear una ópera para ser representada en el teatro donde Schikaneder tenía la sede de su compañía, el Theater auf der Wieden, situado en los suburbios de la ciudad. Mozart se encargaba de la música y Schikaneder, del libreto. Los dos eran “hermanos” masones y en esta ópera, La flauta mágica, vertieron una generosa dosis de simbolismo masónico.
La ópera se estrenó el 30 de septiembre de 1791, con éxito. Recuerdo en la película Amadeus la escena del estreno de La flauta, donde se mostraba un público de más bien baja estofa. El 6 de ese mismo mes, Mozart había estrenado en Praga La clemenza di Tito, ópera “seria” fruto de un encargo oficial, interrumpiendo su trabajo en la otra ópera debido a la buena remuneración que acompañaba a esta. En noviembre de 1792, La flauta mágica llegó a las cien representaciones, pero Mozart no pudo disfrutar de ello, puesto que había fallecido el 5 de diciembre de 1791, solo sesenta y seis días después del estreno.
La flauta mágica (Die Zauberflöte en su original en alemán) se ha convertido, más de dos siglos después de su creación, en la ópera más popular y representada de Mozart y una de las más producidas en todo el mundo. A pesar de los diálogos hablados que a veces lastran un poco el ritmo teatral, La flauta ofrece bellas melodías y decoraciones y un vestuario repletos de magia, dado su planteamiento de cuento de hadas a pesar del profundo simbolismo que esconde.
Jordi Torrents
Director, guionista y presentador del programa Parlem d’òpera en Ràdio Sabadell 94.6
Miembro de la Junta de la AAOS
Papageno | Carles Pachón |
Tamino | Marc Sala |
Pamina | Serena Sáenz |
Sarastro | Jeroboám Tejera |
Reina de la Noche | Sara Blanch |
Dama 1.ª | Eugènia Montenegro |
Dama 2.ª | Anna Tobella |
Dama 3.ª | Marta Valero |
Papagena | Laura Obradors |
Monostatos | Carles Ortiz |
Genio 1.º | Laura Brasó |
Genio 2.º | Mar Esteve |
Genio 3.º | Cecília Ferraioli |
Sacerdote 1.º / Hombre armado 1º / Orador |
Pau Armengol |
Hombre armado 2º / Sacerdote 2.º | Nacho Guzmán |
Dirección musical | Daniel Gil de Tejada |
Dirección de escena | Pau Monterde |
Ayudante de dirección y coreógrafo | Miquel Gorriz |
Diseño de escenografía y vestuario | Elisabet Castells |
Diseño de vestuario | Montse Figueras |
Iluminación | Nani Valls |
Vestuario | AAOS |
Traducción al catalán | Feliu Formosa |
Maestras asistentes musicales | Andrea Álvarez/
Anna Crexells/ Marta Pujol/ Viviana Salisi |
Traducción sobretitulada | Jordi Torrents |
Regidor de escenario | Jordi Galobart |
Realización de escenografía | Raül Vilasis |
RB Creacions 1990, S.L. | Berta Vidal |
Realización de vestuario | M. Carmen Muñoz / Eva Selma |
Maquillaje | Nani Bellmunt |
Cor Amics de l’Òpera de Sabadell Orquestra Simfònica del Vallès
PRODUCCIÓN Y ORGANIZACIÓN
Associació d’Amics de l’Òpera de Sabadell para Òpera a Catalunya
DIE ZAUBERFLÖTE (LA FLAUTA MÁGICA)
Lugar y época míticos
En una zona montañosa, el príncipe Tamino intenta huir de un monstruo que lo persigue (Zu Hilfe! Zu Hilfe!) hasta que, extenuado, cae inconsciente. Tres damas misteriosas aparecen y matan al monstruo. Las tres quieren quedarse junto al príncipe, cuya belleza admiran, pero, como no se ponen de acuerdo, finalmente se marchan.
Entra Papageno, pajarero al servicio de la Reina de la Noche (Der Vogelfänger bin ich ja), que delante de Tamino, ya despierto, se vanagloria de haber matado al monstruo. Vuelven las damas, que castigan a Papageno por su mentira cerrándole la boca con un candado. Acto seguido explican a Tamino que son servidoras de la Reina de la Noche, cuya hija, Pamina, ha sido raptada. Muestran un retrato de la chica a Tamino, que inmediatamente se enamora de ella (Dies Bildnis ist bezaubernd schön).
Llega la Reina en persona y promete a Tamino la mano de su hija si lo libera de su secuestrador, el malvado Sarastro (O zittre nicht). Tamino acepta. Papageno lo acompañará. Las damas dan al príncipe una flauta mágica y al pajarero, liberado de su castigo, unas campanillas también mágicas que los podrán ayudar en caso de dificultades (Hm! Hm! Hm! Hm!).
La escena se traslada al palacio de Sarastro, donde Pamina es custodiada y maltratada por el esclavo Monostatos (Du feines Täubchen, nur herein!). La repentina llegada de Papageno salva a la chica. Los dos se van en busca de Tamino (Bei Männern, welche Liebe fühlen).
Mientras tanto, el príncipe, guiado por tres genios, ha llegado a un lugar donde se encuentran tres templos (Zun Ziele führt dich diese Bahn). Voces misteriosas no lo dejan entrar en los dos primeros. Del tercero, el Templo de la Sabiduría, sale un sacerdote que informa a Tamino de que la malvada es la Reina de la Noche y no Sarastro (Wo willst du, kühner Fremdling, hin?). Tamino, confundido, toca la flauta, que atrae a los animales (Wie stark ist nicht dein Zauberton).
Pamina y Papageno intentan seguir el sonido de la flauta, pero son interceptados por Monostatos y su pandilla. Entonces Papageno toca las campanillas, y Monostatos y los otros caen en un hechizo y se van bailando (Das klinget so herrlich).
Entra Sarastro con su séquito. Le explica a Pamina que la ha secuestrado para evitarle la influencia malvada de su madre. Monostatos ha capturado a Tamino, pero Sarastro castiga al esclavo. Tamino y Papageno son conducidos al templo para su iniciación (Wenn Tugend und Gerechtigkeit).
Sarastro explica a sus sacerdotes que Tamino debe superar una serie de pruebas antes de ser admitido en el Templo de la Sabiduría y ganar la mano de Pamina (O Isis und Osiris).
En el claustro del templo, Tamino y Papageno se disponen a pasar la primera prueba, la del silencio (Bewahret euch vor Weibertücken). Aparecen las tres damas, que les piden que vuelvan al servicio de la Reina (Wie? Wie? Wie?). Papageno no puede evitar hablar, pero Tamino calla.
Mientras Pamina duerme, Monostatos se le acerca con intención de forzarla (Alles fühlt der Liebe Freuden), pero la llegada de la Reina de la Noche provoca que se aleje. Esta entrega un puñal a su hija y le ordena que mate a Sarastro (Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen).
Cuando la Reina se va, Monostatos vuelve, pero esta vez es expulsado por Sarastro. Pamina le explica los planes de su madre y le pide que la perdone. Sarastro responde que, en su reino, ni el odio ni la venganza tienen cabida (In diesen heil’gen Hallen).
Tamino y Papageno siguen con la prueba. Este último habla con una anciana, que le dice que es su pareja predestinada, pero desaparece antes de desvelar su nombre. Los tres genios aparecen llevando los instrumentos mágicos (Seid uns zum zweitenmal willkommen).
Pamina, como Tamino no le ha dirigido la palabra, se desespera y decide suicidarse (Ach, ich fühls).
Sarastro y los sacerdotes convocan a Tamino y Papageno a las pruebas definitivas, invocando la protección divina (O Isis und Osiris, welche Wonne!). Pamina se va hundiendo en la desesperación, puesto que cree que Tamino ya no la ama (Soll ich dich, Teurer, nicht mehr sehn?).
Papageno, perdido en el templo e incapaz de seguir con las pruebas, lamenta su suerte. Se le comunica que merece ser castigado, pero que los dioses lo perdonan, aunque nunca podrá ser un iniciado. Mientras, el pajarero suspira por conseguir una pareja (Ein Mädchen oder Weibchen). Vuelve la anciana diciendo que ella es su pareja. De repente, se convierte en la joven y bonita Papagena, pero un sacerdote la obliga a marcharse alegando que Papageno todavía no es digno de ella.
En un jardín, los tres genios cantan al sol naciente como símbolo del triunfo de la sabiduría sobre la ignorancia (Bald prangt, den Morgen zu verkünden). Pamina está a punto de suicidarse, pero los genios se lo impiden y le aseguran que Tamino la quiere, a pesar de su silencio.
Tamino es convocado a las pruebas (Der, welcher wandert diese Strasse). Pamina se une a él para pasarlas (Wir wandeln durch des Tones Macht). Mientras Tamino toca la flauta, los dos superan la prueba del fuego y la prueba del agua. Los sacerdotes lo celebran con gran alegría (Triumph! Du edles Paar!).
Papageno, perdida la esperanza de encontrar a Papagena, quiere acabar con su vida. Sin embargo, los tres genios lo disuaden y le recuerdan que puede tocar las campanillas mágicas, ante cuyo sonido aparece definitivamente Papagena. Los dos pajareros, muy felices, planifican un futuro con familia numerosa (Pa-Pa-Pa-Papagena! Pa-Pa-Pa-Papageno!).
Llegan la Reina de la Noche, las tres damas y Monostatos dispuestos a asaltar el templo y recuperar a Pamina (Nur stille! Stille! Stille!). Se oye un gran trueno y la tierra se los traga.
En el templo y a pleno sol, Sarastro y los sacerdotes dan la bienvenida a Tamino y Pamina, ya iniciados. En el coro final (Heil sei euch Geweihten!) todos dan gracias a Isis y Osiris por el triunfo de la sabiduría y la belleza sobre los poderes de la oscuridad.
“La flauta mágica: una ópera atípica”
En la época de Mozart las óperas eran, en su práctica totalidad, encargos de los monarcas o de la alta nobleza, sobre todo en el ámbito germánico, donde los gobernantes solían ser grandes aficionados a la música en general y a la ópera en particular. Los Habsburgo, que gobernaban en la Viena donde Mozart residía y trabajaba, sin ir más lejos, fueron grandes mecenas de ópera. Más adelante, ya entrado el siglo XIX, este esquema cambiaría y los que encargarían óperas nuevas serían empresarios que dirigían teatros. Fue el caso de Rossini y también de Verdi, por ejemplo, pero no el de Mozart, con una brillante excepción: La flauta mágica, la última de sus óperas.
Este fue un trabajo emprendido a medias entre Mozart y su antiguo amigo Emanuel Schikaneder, empresario teatral, actor, cantante y más cosas. Ninguno de los dos pasaba por un buen momento económico (en el caso del compositor, los problemas de dinero eran crónicos) y decidieron crear una ópera para ser representada en el teatro donde Schikaneder tenía la sede de su compañía, el Theater auf der Wieden, situado en los suburbios de la ciudad. Mozart se encargaba de la música y Schikaneder, del libreto. Los dos eran “hermanos” masones y en esta ópera, La flauta mágica, vertieron una generosa dosis de simbolismo masónico.
La ópera se estrenó el 30 de septiembre de 1791, con éxito. Recuerdo en la película Amadeus la escena del estreno de La flauta, donde se mostraba un público de más bien baja estofa. El 6 de ese mismo mes, Mozart había estrenado en Praga La clemenza di Tito, ópera “seria” fruto de un encargo oficial, interrumpiendo su trabajo en la otra ópera debido a la buena remuneración que acompañaba a esta. En noviembre de 1792, La flauta mágica llegó a las cien representaciones, pero Mozart no pudo disfrutar de ello, puesto que había fallecido el 5 de diciembre de 1791, solo sesenta y seis días después del estreno.
La flauta mágica (Die Zauberflöte en su original en alemán) se ha convertido, más de dos siglos después de su creación, en la ópera más popular y representada de Mozart y una de las más producidas en todo el mundo. A pesar de los diálogos hablados que a veces lastran un poco el ritmo teatral, La flauta ofrece bellas melodías y decoraciones y un vestuario repletos de magia, dado su planteamiento de cuento de hadas a pesar del profundo simbolismo que esconde.
Jordi Torrents
Director, guionista y presentador del programa Parlem d’òpera en Ràdio Sabadell 94.6
Miembro de la Junta de la AAOS